El uso de imágenes sexistas en la comunicación institucional es más habitual de lo que se cree, aún en pleno siglo XXI, y se evidencia tanto en la folletería y los brochures, como en piezas audiovisuales, banners, sitios web, etc. Es usual ver en diversas organizaciones orientadas al desarrollo humano, algunos usos de los patrones fuertemente sexistas. 

A modo de ejemplo, sucede que al mostrar a lxs beneficiarixs de los distintos proyectos, muchas piezas comunicacionales muestran imágenes en las que los líderes son hombres y las mujeres mantienen un rol secundario, de acompañamiento, en tareas “de menor relevancia”. 

Estos estereotipos tradicionales también se ven replicados a la hora de mostrar las tareas de los ámbitos rurales, donde a los hombres se los muestra trabajando en el campo, realizando un esfuerzo físico, mientras que las mujeres son representadas como madres de muchos hijos y realizando labores cotidianas de la casa. 

Esto también sucede repetidas veces en las piezas comunicacionales de aquellas empresas que muestran trabajos de responsabilidad social empresaria/institucional. Tanto en empresas como en organizaciones e instituciones de distinta índole, suele ser común observar imágenes de comunicación institucional que muestran al personal o a sus funcionarixs situando a los hombres en cargos ejecutivos y a las mujeres en roles de asistentes. 

La misma diferencia se replica en cuanto la frecuencia y cantidad de espacio que ocupan los hombres y las actividades a ellos relacionadas, en relación con las mujeres. 

Todos estos desequilibrios -no sólo entre hombres y mujeres, sino también en relación con otras identidades- deben atenderse y evitarse, en pos de lograr una comunicación institucional más igualitaria y equitativa.